Francisco Armanet | La Polar: la historia fastidia, el futuro violenta
Todo lo que empieza mal, termina mal, reza el sabio refrán. A las 10 AM de un día de invierno de 2003... |
Todo lo que empieza mal, termina mal, reza el sabio refrán. A las 10 AM de un día de invierno de 2003, ingresaron a mi oficina dos altos ejecutivos de la corredora que yo dirigía para plantearme un negocio. A última hora de la tarde del día anterior, La Polar en su proceso de apertura a bolsa, había inscrito un remate de acciones que tendría lugar ese mismo día a las 12 horas. Las bases establecían que para participar en la subasta, todo corredor debía concurrir con órdenes de al menos 2.000 inversionistas. Disponiendo de varios cientos de talentosos colaboradores que ejercían labores de venta, reunir un par de miles de inversionistas en dos horas, no resultaba una tarea muy difícil.
Poco después de dar el vamos para conseguir los 2.000 clientes, comienza un sinnúmero de llamadas para detener la construcción de un nuevo libro. Se presionó al regulador y se cruzaron llamadas a alto nivel empresarial. Fue de tal magnitud la intensidad de las tratativas para impedir una segunda oferta, que se llegó al extremo de bombardear de llamadas la casa matriz de nuestra corredora, logrando hacer "morir" nuestra planta telefónica. Pese a los obstáculos que se debieron sortear, en menos de dos horas, La Polar iba a poder beneficiarse de otra oferta competitiva. Finalmente la SVS obligó cancelar el remate y días más tarde la empresa realizó una operación fuera de bolsa.
¿Por qué La Polar y su corredor se opusieron tan virulentamente a la conformación de otro libro llegando al extremo de boicotear la planta telefónica del otro oferente? ¿Las eventuales diferencias en la "calidad del libro" habrían explicado una conducta mafiosa como esta?
Estos fueron los inicios de La Polar en el mercado de valores. Apenas un canapé del festín que se daría después la tropa de delincuentes con los ahorros de todos los chilenos. El final todavía no se escribe. Las condenas generarán indignación; ninguno de los timadores pasará ni un solo día detrás de las rejas. El uso de información privilegiada y el fraude que habrían cometido directivos de La Polar, tienen penas de hasta 5 años de presidio. Debido a que todos los bandidos harán uso del atenuante de la irreprochable conducta anterior, la pena se les reducirá en un grado y todos podrán gozar del beneficio de la libertad condicional. La defraudación de La Polar, corregida por tamaño relativo, es significativamente más grande que el caso Madoff en EEUU. El sinvergüenza americano fue condenado a 150 años de prisión, mientras que sus pares chilenos, terminarán concurriendo, una vez al mes, a estampar su firma al tribunal por pocos años.
Acabamos de conocer sentencias de segunda instancia del caso Inverlink y no hubo ni una sola condena a prisión efectiva. ¿Le parece razonable al lector que quien se lleve para su casa todos nuestros fondos de pensiones, no pase ni un solo día en la cárcel? En cualquier sociedad avanzada, delincuentes como estos pasarían el resto de sus vidas en una celda. ¿Esperarán el poder ejecutivo y legislativo que sean los jueces quienes incorporen el concepto de delito masa y/o que cambien las leyes? El comportamiento de los maleantes fastidia, el de las autoridades violenta.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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