Se ha convertido en un lugar común hablar de un nuevo movimiento social que ya estaría en nuestro país, y que se habría manifestado en las continuas movilizaciones sociales del último tiempo. Los llamados "indignados" que tanta cobertura han logrado a propósito de las últimas elecciones españolas y que muchos señalan como fundamento de nuestras últimas protestas callejeras. La última de ellas, el movimiento estudiantil.
Señalan los medios de comunicación que el padre intelectual de este "nuevo" movimiento, que algunos califican de nivel mundial, sería Stéphane Hessel, y su máxima expresión, su obra "¡Indígnate!" (se puede comprar en librerías), que muchos califican como un "alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica".
Sería bueno analizar esta "obra", que tanto revuelo ha causado por su supuesta novedad. Este "libro" consta de 24 páginas, de las cuales, si queremos ser serios, deberíamos decir que le sobran al menos 14 páginas, pues cuentan la vida del autor, su posición sobre la situación de Palestina y otras materias que nada o muy poco dicen sobre los fundamentos de su "movimiento", por lo tanto, nos van quedando sólo 10 páginas de contenido. En estas 10 páginas, encontramos las siguientes ideas:
Sería bueno analizar esta "obra", que tanto revuelo ha causado por su supuesta novedad. Este "libro" consta de 24 páginas, de las cuales, si queremos ser serios, deberíamos decir que le sobran al menos 14 páginas, pues cuentan la vida del autor, su posición sobre la situación de Palestina y otras materias que nada o muy poco dicen sobre los fundamentos de su "movimiento", por lo tanto, nos van quedando sólo 10 páginas de contenido.
1.- Nunca el poder del dinero ha sido tan grande como hoy en la historia de la humanidad.
2.- Nunca ha sido tan grande la diferencia entre ricos y pobres como ahora.
3.- Hay que indignarse ante la dictadura de los mercados financieros que amenazan la paz y la democracia.
4.- Es necesario reivindicar a Hegel en cuanto que la historia de la humanidad es la historia de la libertad del hombre que progresa por etapas, en la última de las cuales se conseguiría el Estado ideal.
5.- Un llamado a que dicha indignación se manifieste de forma pacífica, aunque dice "comprender" las formas violentas.
¿Qué conclusión podemos sacar de estos 5 puntos? Que la "obra" del señor Stéphane Hessel en el mundo de las ideas, es lo más parecido a la época de los dinosaurios en la historia natural.
Lo mismo podemos ver con nuestro "Indignados chilenos", especialmente aquellos que protestan por la situación de la educación de nuestro país, que si bien tienen todo el derecho y gran parte de razón en protestar -tenemos deficiencias graves y serias en materia educacional-, proponen ideas y soluciones al mismo nivel de Hessel, es decir, ideas propias de los dinosaurios de la política, que pensábamos ya sobrepasados en la discusión política.
Cuando se pide estatizar la educación, privilegiar a las universidades estatales por sobre las privadas y los centros de formación técnica; cuando vemos a sus dirigentes marchar de la mano con la flor y nata de la jerarquía de la izquierda histórica de nuestro país por la Alameda, es sin duda para ponerse a llorar y creer que estamos viendo un documental de los años 60.
Algunos de los "Indignados chilenos" -no digo todos porque sería una injusticia y a esos "otros" espero analizarlos en otra columna-, al menos en su dirigencia, no protestan ni exigen nada nuevo, pues el impulso estatista ha sido una de las constantes históricas del pasado siglo más recurrentes en la historia de las ideas.
Según se puede apreciar de los dirigentes que aparecen públicamente, este movimiento de "Indignados chilenos" al igual que sus parientes europeos, no son nada más ni nada menos que los dinosaurios de siempre, que cada cierto tiempo vuelven a surgir para reclamar por ese "cometa" que los extinguió (al igual como dice una de las teorías del colapso de los dinosaurios de la faz de la tierra). Me refiero a ese cometa llamado "Libertad" y que en la historia de la humanidad sólo ha sido fruto de la democracia liberal, basada en emprendimiento privado y en el principio de subsidiariedad del Estado.