PARCIUDADANA:
Leyendo “farosdelmundo”, un interesante blog chileno encuentro este artículo que comparto con ustedes .Recomiendo leer este blog y allí encontrara más post muy bien realizados. Un abrazo Rodrigo González Fernández
Tengo una de esas amigas que han dedicado su vida al trabajo con la sociedad civil. De aquellas que luchan con fuerza en dar voz a quien su voz ha sido opacada, en dar esperanza a quien su esperanza ha sido desmedrada, en dar dignidad a quien su dignidad ha sido arrebatada.
Fue la semana pasada, al fragor del incesante trabajo, y a propósito de las ya archiconocidas protestas estudiantiles, cuando
Indagando sobre el término, me percaté que uno de sus mayores usos es a nivel de ONGs (a pesar de que también es utilizada por las embajadas para sus obras de cooperación social internacional). Se trata de una nueva relación de estos organismos con el estado, una relación no demandante, no contestaria, sino más bien acción de búsqueda de niveles de posicionamiento dentro las decisiones de Política Pública. Lo anterior es importante. No cabe duda que la diplomacia social ha tenido logros, sin embargo, tampoco cabe duda que ello ha estado aparejado de un fuerte inmovilismo social, de una mantención del status quo, de una simple instancia en que las esperadas reformas sólo se transforman en pequeños cambios.
Fue por ello que la movilización estudiantil tuvo tanta repercusión. Es claro que anterior a ello, muchas organizaciones habían utilizado la diplomacia social para poner sobre la mesa los temas de calidad y equidad de la educación. En efecto, durante mucho tiempo los avances fueron lentos y muchas veces nulos. La desidia de los policy makers y el bajo voluntarismo del gobierno dejaban en el mismo lugar, un problema ya diagnosticado por muchas personas. Sin embargo, fue la protesta la que reactivó la realidad, la protesta la que remeció las anquilosadas autoridades, la protesta la que hizo revivir un país dormido.
Esperemos que se hayan tomado todas lecciones de esto. Las organizaciones sociales deben entender que es sumamente necesaria una voz disonante con lo oficial, que la diplomacia social no sirve si sólo se basa en ello, que la protesta siempre tendrá la fuerza para hacer escuchar a los sordos y ablandar a los tercos.
Fuente: faros del mundo; posted by yuriflame; saludos Rodrigo González Fernández, parciudadana.blogspot.com