Por Raphael Bergoeing y Rosanna Costa
Miembros Consejo Económico de Sebastián Piñera
Algunos consideran a la protección social y al crecimiento económico como antagónicos. Desde esta lógica, bastante añeja, quienes reclaman mayor crecimiento son calificados de insensibles al tema social, problemática que además sería patrimonio de la izquierda, según sugirió en este espacio Óscar Landerretche Moreno. Se equivoca el asesor de Frei.
Partamos citando uno de los acuerdos transversales de la Comisión de Trabajo y Equidad, en la cual participaron activamente técnicos de todos los sectores con el único fin de perfeccionar nuestra política social: "La mejor política social consiste en que cada persona tenga un empleo". Así, un principio básico de una red moderna de protección es promover la capacitación y estimular el trabajo. Porque la red debe dar seguridad a quien tropieza, sea porque fracasa su emprendimiento o pierde temporalmente su empleo, pero su eficacia debe medirse por su capacidad de reinsertarlo en la sociedad con nuevas y mejores oportunidades para generar ingresos.
Fundamental es entonces la educación de calidad. Lamentablemente, y pese a las sucesivas reformas y cuantiosos recursos asignados, durante los últimos 18 años la calidad de la educación se ha mantenido estancada. Hoy, un joven tiene menor probabilidad de encontrar empleo, menor oportunidad de recibir capacitación y de incrementar sus remuneraciones futuras. Pero el problema laboral es más amplio. En comparación con la OCDE, Chile tiene un déficit cercano al millón de empleos, y el desempleo entre los más jóvenes y las mujeres de bajos ingresos ronda el 40%. Desde 1996, por ejemplo, la tasa de empleo para los hombres ha aumentado únicamente entre los que tienen más de 13 años de escolaridad.
Ad portas de una elección presidencial, si queremos mejorar la protección social debemos focalizarnos en quien ofrece respuestas al desafío de aumentar permanentemente la capacidad de generar empleo, en especial entre las mujeres y los más jóvenes. De lo contrario, las políticas serán asistencialismo puro y mayor dependencia del Estado.
Esta es una diferencia importante entre las candidaturas de Piñera y Frei.
En nuestra opinión, es posible valorar la calidad y madurez de la red de protección social en cuanto mayor sea su componente de inserción laboral y menor la de su asistencialismo, sin descuidar a quienes se han quedado rezagados, y permitiéndoles surgir gracias a mejores oportunidades. Por cierto que no ha ayudado a la creación de empleo la sostenida y dramática caída en la tasa promedio de crecimiento durante los gobiernos de la Concertación. Por último, no podemos obviar el grave efecto que está teniendo la crisis en el ámbito social. El desempleo llega ya a 9,8%, y sin los planes de emergencia alcanzaría a 12%. Estas tasas, con la llegada del invierno, sólo continuarán subiendo. La crisis, lamentablemente, deja en evidencia el fracaso de la política laboral de la Concertación. Los jóvenes y las mujeres, especialmente en los primeros deciles de ingresos, lo saben muy bien.
La campaña presidencial exige debatir ideas para mejorar nuestra protección social, complementando las actuales políticas asistencialistas con medidas que solucionen definitivamente estos problemas. Un programa social en línea con el Ingreso Ético Familiar propuesto por Sebastián Piñera que entregue prestaciones a la vez que incentive la prevención en salud, que venza los obstáculos para alcanzar una educación de calidad, que perfeccione la capacitación para quienes no la han tenido y contribuya a incrementar permanentemente las oportunidades de empleo es la forma de construir una red de protección efectiva.
Como en tantos temas, falta por aprender en lo laboral. Pero también falta ofrecer educación de calidad, respaldar el emprendimiento y entregar herramientas para que las personas se sientan libres de desplegar su esfuerzo y sus mejores ideas, con la seguridad de que habrá una red que las ayude a empezar una vez más.
Es en el terreno de las ideas, y a través del debate constructivo, no de los estereotipos y descalificaciones, que avanzaremos en estas materias para alcanzar el objetivo compartido por
todos: erradicar la pobreza en Chile. Tags: Bergoening, Economía, pobreza, protección, Rossana Costa
Lunes, Junio 1, 2009 Puedes seguir la respuestas a través de este RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o puedes hacer trackback desde tu propio sitio.