Según el empresario, "algunos, unos pocos, que  están enquistados en la administración pública, se han comportado como 'gatos de  campo' y eso lo dicen los propios tribunales de justicia, que han condenado a  muchos en el caso del MOP-GATE, Chiledeportes y los programas de empleo". 
  Ivonne Toro A.  
Aunque su olfato político le indica que lo mejor es morderse la lengua, no  entusiasmarse con la estrategia confrontacional que le vende el senador Andrés  Allamand y evitar alimentar polémicas con el Ejecutivo, el inversionista  Sebastián Piñera reiteró ayer sus cuestionamientos al Gobierno y en un tono  bastante similar al que sacó ronchas esta semana en La Moneda.  
El empresario reiteró sus imputaciones de que el oficialismo tiene Alzheimer  y de que "algunos, unos pocos, que están enquistados en la administración  pública, se han comportado como 'gatos de campo' y eso lo dicen los propios  tribunales de justicia, que han condenado a muchos en el caso del MOP-GATE,  Chiledeportes y los programas de empleo". Por ello desestimó las críticas  provenientes desde la Concertación y palacio y subrayó que hay una "acción  orquestada del Gobierno, de los partidos de la Concertación" contra su persona.  
"Pierden el tiempo, porque lo que dije es la pura y santa verdad: yo creo que  el actual Gobierno sufre de fatiga de material -aunque se moleste el vocero- y  no está haciendo las cosas bien. La mejor prueba de eso es el desastre del  Transantiago, el descalabro de Ferrocarriles del Estado, los problemas que hay  con la energía", sentenció el presidenciable, que estuvo un par de horas ayer  jueves en la capital, ya que apenas arribó desde el sur del país empezó a afinar  los detalles para su gira con la cúpula de la ANFP a Europa, actividades que él  incluye en lo que denomina precalentamiento para gobernar.  
El escaso tiempo lo aprovechó para enviar un mensaje al portavoz  gubernamental, Ricardo Lagos Weber, quien -acusó- fue mandatado a atacarlo: "Al  vocero le dieron instrucciones de pegarme y hasta ahora no encuentra cómo y, por  tanto, cae en ese tipo de descalificaciones. Yo me estoy preparando no sólo para  una campaña, me estoy preparando para hacer un muy buen Gobierno para Chile,  porque como dijo Soledad Alvear, presidenta de la DC, éste no da para más".  
EL PLAN  
Coincidente con esta tesis, el senador UDI Juan Antonio Coloma aseveró que no  le extraña "que le den (a Piñera) y a todos los candidatos presidenciales que la  Alianza pueda levantar". "La receta del segundo piso de La Moneda siempre es la  misma: cada vez que están en problemas, darle como huasca al que está al  frente", adujo el "coronel" gremialista.  
Comentó -además- que la estrategia es conocida y que fue profusamente usada  contra el ex presidenciable UDI Joaquín Lavín, con quien Piñera ha conversado  latamente en las últimas semanas, luego de que ambos coincidieron en una comida  la noche del lanzamiento del libro "El desalojo" de Andrés Allamand.  
Piñera ve en el ex alcalde capitalino a un potencial mediador ante las bases  de la UDI para conseguir ser candidato único de la derecha, una vía que admite  difícil. Por ahora su afán es no ser encasillado con los "duros" de su sector.  
De hecho, asegura que escogerá mejor cada palabra y que no se volverá a  contagiar con las tesis de Allamand, ya que, argumenta, al Gobierno le conviene  que él aparezca como un personaje contrario a los acuerdos.  
El problema para el candidato es que en su sector la mayoría se inclina  precisamente por la estrategia de enfrentar a la Presidenta Michelle Bachelet,  algo que electoralmente Piñera no puede hacer, dado que no le trae dividendos y,  por el contrario, según les ha dicho a sus cercanos, la polarización podría  generar temor en la ciudadanía y espantar a sus votantes. Por ello, desde ya el  controlador de Lan se esforzará en aparecer como representante de una  alternancia no-traumática y en mantener una postura moderada, la misma que, sin  embargo, abandonó en Puerto Aysén, Osorno y Temuco.  
Su determinación se sustenta además en una visión de largo plazo. Si  eventualmente llega al poder, necesitaría negociar con la Concertación, ya que  la Alianza en los comicios de 2005 no se vio beneficiada por la suma de sus dos  abanderados y mantuvo su piso de sufragios, lo que se repetiría si en 2009  triunfa el empresario, que enfrentaría el escenario de tener un Parlamento en  contra.  
Con estos cálculos bajo el brazo y un equipo de trabajo permanente, Piñera se  apronta para continuar en campaña. Cuando retorne a Chile iniciará un periplo  por las regiones Tercera, Cuarta, Sexta y Séptima, donde buscará perfilarse otra  vez como un hombre de consensos. ¿Lo dejarán los "duros" o su propia  personalidad?